Desvelando qué es el Social Wellbeing
Asistimos en el siglo XXI a una idea renovada de ser humano, que integra una dimensión individual más rica tanto interna (autoconsciencia, cuerpo-mente-espíritu) como externa (hábitos saludables, inteligencia relacional, armonía con el medio). Pero además integra otras dimensiones de naturaleza colectiva, como son la cultura, los proyectos en los que participamos y las estructuras, y que son también en sí mismos sistemas complejos.
Esta nueva visión sistémica nos invita a ir más allá de la persona y trabajar en marcos mayores que también nos configuran, y que son parte de los problemas enquistados que desde paradigmas anteriores no podíamos resolver. En este contexto surge un concepto ampliado de bienestar, el de bienestar social o social wellbeing.
LA RECONEXIÓN A NIVEL PERSONAL
En todo ser humano existen tres dimensiones que se entrelazan formando una unidad, cuyas partes se pueden distinguir pero no se pueden separar. A modo de hilos de colores que tejen un gran tapiz, el cuerpo, la mente y el alma constituyen esa realidad indivisible que es la persona. Por eso quien cuida de su cuerpo, cuida también de su mente y de la salud de su alma. Tener salud, bienestar y felicidad se convierten así en la búsqueda que todos emprendemos a lo largo de nuestra vida.
Todos queremos sentirnos a gusto no solo con nuestra vida, sino también con la misma vida. El cuidado del cuerpo a través de la nutrición, el ejercicio físico y el descanso hace que nuestra mente esté más tranquila y nuestra alma más alegre. El equilibrio de la mente a través de la práctica del silencio y del mindfulness elimina las tensiones del cuerpo y alarga la expectativa de vida. El fortalecimiento del alma a través de nuestro amor por Ia naturaleza, del ejercicio, de la compasión hacia nuestros semejantes y hacia los seres vivos en general equilibra la mente y mejora las funciones del cuerpo.
Hoy queda de manifiesto que los seres humanos nos hemos separado de nosotros mismos, de los demás y del planeta en el que vivimos. Los niveles de ansiedad y depresión que no paran de subir, las tensiones internacionales y el cambio climático son una evidencia de dicha separación. Nos separamos de nosotros mismos cuando nos conformamos con una manera superficial de vivir y no mostramos interés en ese viaje interior, en esa introspección que nos revela la verdad acerca de nosotros mismos. Nos separamos de los demás cuando en lugar de conocer e intentar comprender a la otra persona, simplemente la juzgamos. Nos separamos de la Naturaleza cuando creemos que estamos por encima de ella y podemos hacer lo que se nos antoje con ella.
Esta división de uno consigo mismo, con los demás y con el planeta se extiende como si fuera una mancha de petróleo contaminando las familias, las instituciones y los países. Por eso, reconectar eso que está dividido es una tarea de todos y para todos. Ahí radica la esencia del wellbeing, del auténtico y profundo bienestar. Hablamos de un bienestar que impacta en el cuerpo, en la mente y en el alma.
Reconectarnos
Para reconectar con uno mismo hay que aprender a conocerse mejor, a comprenderse más, a superarse y a trascenderse. Esto no es posible si no apartamos el juicio y los sentimientos de culpa y vergüenza de nuestra vida. No se trata de castigarnos: se trata de educarnos y educar significa sacar de dentro. Somos "mineros" buscando la veta de oro en medio de la dura piedra de granito.
El mindfulness es una práctica que permite aminorar el ruido mental que hace el yo para poder entrar en el espacio silencioso del no-yo. Es a través de este silencio como podemos escuchar la voz profunda y sutil de nuestro verdadero Ser. Un Ser al que no se accede por el razonamiento, sino a través de la revelación. Para reconectar con los demás precisamos mirar más allá de las apariencias para descubrir que un ser humano es más que lo que piensa, lo que siente y lo que hace. De ahí la importancia de ser humildes, amables, empáticos y compasivos. Dado que somos espejos frente a espejos, quien se ve mirado a través de unos ojos que respetan y valoran, puede empezar a reconocerse en su verdadera grandeza.
Reconectar con nuestro planeta y con la vida en general pide de nosotros una apertura para entender que la vida no es algo que nos sucede a nosotros, sino que sucede para nosotros. A la vida lo que le interesa no es que colmemos nuestros deseos, sino que crezcamos, evolucionemos y alcancemos nuestra plenitud. Respetar la vida es respetar lo que la hace posible y sin los bosques, los mares y las criaturas que los habitan, nosotros no tendríamos ninguna vida que vivir.
LA RECONEXIÓN A NIVEL ORGANIZATIVO Y DE PAÍS
Esta gran reconexión a nivel interno, relacional y con el planeta no solo debe suceder a nivel personal, sino también a otros niveles. Todos ellos entrelazados.
En primer lugar, podemos llevarla al mundo organizativo y empresarial. La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) busca reconectar a la empresa con sus distintos constituyentes (stakeholders), su entorno y el planeta. Una auténtica RSC precisa el cultivo también a nivel personal, ya que en el fondo la RSC la hacen las personas, dentro y fuera de las organizaciones. A través de nuestros pequeños gestos de consumo (por ejemplo, comprando menos envases de plástico en un supermercado si nos hemos sensibilizado hacia este gesto), podemos incidir en reorientar a las empresas en nuestra faceta de consumidores, trabajadores o decisores.
Esto es extensible a los Estados, entre los cuales quizás alcance su máximo desarrollo en el pequeño y recóndito Reino de Bután, en la cordillera del Himalaya. Hace ya casi medio siglo, un rey con gran visión acuñó el término Felicidad Interior Bruta (FIB) para contraponer la importancia de la felicidad y bienestar de su pueblo frente a la medición exclusivamente financiero-económica que ofrecía el Producto Interior Bruto (PIB).
Lo que pareció en ese momento una simple anécdota, fue el inicio de toda una filosofía y manera de vivir que cada vez cuenta con más adeptos por el mundo incluyendo a Premios Nobel de Economía y líderes políticos destacados. La FIB persigue la Felicidad del ser humano a través de un equilibrio entre lo material, lo intelectual y lo espiritual, de un modo holístico y siempre en armonía con la Naturaleza. Para conseguir este objetivo, el Gobierno de Bután, liderado por SM el Rey, ha establecido cuatro pilares fundamentales que han de respetarse en todo momento y que han quedado reflejados en la propia Constitución del país:
Un desarrollo socioeconómico equitativo y sostenible;
La preservación de valores culturales, tradicionales y espirituales (que en el caso de Bután están inextricablemente unidos);
La protección del medio ambiente, que ha logrado que el país sea el único del mundo con huella de carbono negativa y con una gran biodiversidad de flora y fauna;
Un buen gobierno, que permita el control y medición de todos los componentes del índice de FIB.
Con las siglas en inglés de Felicidad Interior Bruta (Gross National Happiness), nace en España hace unos años el GNH Center Spain, que persigue la divulgación de esta iniciativa en todos los niveles de la sociedad: el individual, el colectivo, el empresarial, el institucional y el educativo, siendo este último uno de los más importantes para asegurar la continuidad de la filosofía de FIB/GNH de cara al futuro.
Existe una amplia proliferación de “expertos” y "centros especializados” y “conferencias” que de pronto han surgido en torno a la Felicidad y que, desgraciadamente, persiguen fines mucho más lucrativos que los genuinamente altruistas. Pero no por eso se puede minimizar el tema, ya que todos los seres humanos tienen el derecho inalienable a perseguir la Felicidad y Bienestar, tal y como se recogió por la Asamblea General de la ONU hace ya 7 años al declarar el 20 de marzo como Día internacional de la Felicidad. Una idea impulsada por ese pequeño pero gran país que es Bután y cuyo ejemplo está ya siendo seguido por otros países y miles de personas, que creemos que el ser humano se compone de algo más que una compleja estructura de elementos, átomos o moléculas.
Este artículo, escrito por el Dr. Mario Alonso Puig y por Ian Triay, forma parte del ebook Social Wellbeing: 25 reflexiones sobre el individuo como actor de cambio social. Creado por Impact Hub Madrid, este ebook forma parte de una trilogía —integrada también por las obras Futuro del Trabajo y Economía del Propósito— y pretende abordar el cambio social, ahora apuntando a la base de la construcción de una visión del cambio social desde las personas y desde estos sistemas sociales mayores que integramos y nos integran.